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1. Justificación del Plan Socioemocional “VOLVAMOS +CERCANOS”.

En España se decreta el estado de alarma, mediante el Real Decreto 463/2020 de 14 de marzo, para la gestión de crisis sanitaria ocasionada por el   COVID 19. En su artículo 9, “ Medida de contención en el ámbito educativo y de la formación”,  punto 1, se indica que  se suspende la actividad educativa presencial en todos los centros y etapas, ciclos, grados, cursos y niveles de enseñanza contemplados en el artículo 3 de la Ley Orgánica 2/2006 de 3 de mayo de Educación.

Para la Administración y los profesionales del sistema educativo de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia constituye una responsabilidad profesional prestar apoyo psicopedagógico al alumnado, y al conjunto de la comunidad educativa, tras sufrir la situación de confinamiento domiciliario por la catástrofe provocada por la pandemia por COVID 19  vivida a nivel global mundial, y en nuestro país, desde el mes de marzo de 2020. 

Este compromiso se recoge, incluso, en la legislación educativa autonómica al establecer como actuación general para atender a la diversidad del alumnado “el apoyo psicológico a los alumnos y alumnas víctimas del terrorismo, de catástrofes naturales, maltrato, abusos, violencia escolar o cualquier otra circunstancia que lo requiera” (artículo 5.3 apartado d del Decreto 359/2009, de 30 de octubre, por el que se establece y regula la respuesta educativa a la diversidad del alumnado en la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia).

También específicamente, en las Instrucciones del 20 de Abril de 2020 de la Consejería de Educación y Cultura sobre medidas educativas para el desarrollo del tercer trimestre del curso 2019-20 motivadas por el impacto del COVID 19 en los Centros educativos de la Región de Murcia.

Para hacer efectivas las instrucciones previas, será necesaria la actuación coordinada de todos los niveles de intervención educativa, empezando por las autoridades educativas que marcarán las directrices de funcionamiento según avance la incorporación  a las clases, siguiendo en todo momento las instrucciones de seguridad sanitaria. De la misma forma, se llevarán a cabo las actuaciones necesarias que permitan la vuelta a la normalidad educativa con un sentido de estructura, rutina y normalidad para profesionales docentes y no docentes, alumnado y sus familias.

El reequilibrio personal de los alumnos pasa, ineludiblemente, por asegurar el adecuado bienestar psicosocial de los propios docentes, por lo que los equipos directivos prestarán una especial atención al estado psicoemocional de sus claustros, para la detección y atención de sus necesidades.

          Los centros educativos desempeñan un papel fundamental en el proceso de adaptación a la nueva realidad en la vida de los menores y a sus familias. Para favorecer el equilibrio socioemocional hay que tratar de ofrecer a los niños y al conjunto de la comunidad educativa, lo más tempranamente posible, un entorno escolar seguro donde restablecer sus rutinas diarias. La normalización será, por tanto uno de los principios fundamentales que orienten las intervenciones que se realicen en el marco de este Plan de actuación.

El conjunto del profesorado, dirigido y apoyado por los equipos directivos y la administración educativa, se encargará de concretar en sus centros las diferentes medidas y actuaciones que se pondrán en marcha para atender al alumnado en esta situación de crisis. Para tal fin se pretende proporcionar información, materiales y propuestas de actividades estructuradas según los diferentes momentos de una intervención preventiva.

Dentro de este Plan se incluyen como destinatarios a profesorado, familias y alumnado, así como otros profesionales de los centros educativos. Si bien, en el caso de equipos directivos y profesorado, los propios receptores del programa de intervención son, a su vez, las personas responsables de parte de su aplicación. Por tanto, la atención a estos profesionales y la previsión de una formación básica dirigida a ellos es fundamental para poder hacer un trabajo eficaz y coordinado.  

Por las consecuencias que pueden derivarse de esta situación, en los ámbitos social, educativo, sanitario, etc., también es imprescindible garantizar la coordinación de servicios e interinstitucional, que permita atender la variedad de situaciones que puedan presentarse dentro del Plan Socioemocional “, VOLVAMOS+CERCANOS” que presentamos.

La situación de confinamiento que ha provocado la pandemia del Covid-19, según la definición de la OMS se considera una catástrofe (“cualquier fenómeno que provoca daños, perjuicios económicos, pérdidas de vidas humanas y deterioro de la salud y de las vidas humanas y de servicios sanitarios en medida suficiente para exigir una respuesta extraordinaria de sectores ajenos de la comunidad o zona afectada”). Además, en esta situación, aunque no hay destrucción de bienes materiales, sí se dan unos efectos psicológicos en toda la población que se pueden equiparar a las consecuencias psicológicas valoradas tras las diferentes catástrofes analizadas. 

Los servicios de orientación de la Región de Murcia han intervenido de forma directa en al menos tres catástrofes naturales anteriores, como son el terremoto de La Paca y Zarzadilla de Totana (2005), el terremoto de Lorca de 2011, y más recientemente en Los Alcázares tras la Dana (2019). En ellas se realizaron intervenciones de apoyo psico-emocional dirigidas a alumnos, profesores y familias.

 

Los resultados positivos obtenidos por éstas prácticas, aconsejan que dicha experiencia se tenga en cuenta y pueda ser extrapolada, adaptándola a la situación de alarma y confinamiento domiciliario, vivida tras la pandemia global por el coronavirus COVID-19.

 

Las pandemias tienen mucho en común con otras situaciones de catástrofe (impacto comunitario, impredecibilidad y fatalidades varias). Pero en las pandemias se dan unas características diferentes, como son las medidas de separación y  la necesidad de guardar una cuarentena en situación de confinamiento domiciliario. Esta reclusión puede afectar a los niños y a sus familias, disminuyendo su capacidad de resiliencia (Sprang&Silman, 2013)

Cuando la situación afecta a toda la colectividad, se requiere el confinamiento en los hogares,  es necesario hacer frente a las consecuencias con los propios medios, y si éstas se prolongan en el tiempo con unos efectos devastadores,  se habla de otro término, que según expone Protección Civil se conoce como “calamidad”.

Después de analizados estos términos, nos decantamos por el de pandemia, como una situación específica de catástrofe, cuyas características principales se exponen en la siguiente tabla:

Pandemia

Tabla 1 Elaboración propia en referencia a  (Sprang, G., & Silman, 2013)

Siguiendo en todo momento las instrucciones de las autoridades  sanitarias, y dada la complejidad de la situación, se propondría una incorporación progresiva no sólo en lo que se refiere a la presencia física, sino también en la capacidad de cada miembro de la comunidad educativa para integrar, superar y aprovechar las experiencias vividas. Por tanto, sería necesario proporcionar una educación flexible que responda a las necesidades y capacidades emocionales, cognoscitivas y sociales del alumnado, así como de los demás miembros de la comunidad educativa que se hayan visto más afectados. Es decir, crear un ambiente de aprendizaje seguro, protegido y acogedor que permita estrechar también la colaboración con los padres/ madres de nuestro alumnado.

Sprang, G., & Silman, M. (2013). Posttraumatic stress disorder in parents and youth after health-related disasters. Disaster medicine and public health preparedness, 7(1), 105-110